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PIMS: LA IMPORTANCIA DE LA DETECCIÓN TEMPRANA EN EL CONTROL DEL SÍNDROME QUE AFECTA A LOS NIÑOS POST CORONAVIRUS

Mar 27, 2021

 

Según pediatras esta patología suele tener un buen pronóstico, pues los pacientes responden favorablemente al tratamiento, pero destacan que es de difícil detección, por lo que podría generar cuadros más complejos ante tratamientos tardíos. La pediatra de Clínica Tarapacá, Dra. Doraima Rodrígues, explicó en qué consiste este síndrome, sus síntomas más frecuentes y en qué casos es recomendable recurrir a un especialista.

  Con un creciente número de casos a lo largo del país, que ya alcanzaron los 176 pacientes, con 3 fallecidos, el PIMS es una de las nuevas preocupaciones en materia de salud infantil, donde tanto el MINSAL como la comunidad médica han llamado a los padres a estar alerta ante la presentación de síntomas, los cuales pueden aparecer, inclusive, hasta seis semanas del contagio con Covid-19.

Según, la pediatra de Clínica Tarapacá, Dra. Doraima Rodrígues el Síndrome Inflamatorio Multisistémico, más conocido como PIMS, es una hiper respuesta inmunitaria que presentan los niños frente al coronavirus y que provoca una inflamación generalizada en diferentes órganos. La profesional afirmó que el PIMS “escala rápidamente hacia la gravedad y afecta principalmente a niños desde los 6 a 8 años, pero también puede afectar a lactantes y adolescentes, donde su detección es muy difícil cuando el paciente es asintomático”.

Respecto a la importancia del diagnóstico temprano, la especialista en salud infantil afirmó que uno de los aspectos que complejizan este síndrome es que muchos pacientes no presentan síntomas o suelen confundirse con otras patologías. Por lo que resulta de suma importancia el monitoreo periódico la salud de los niños y mantener un estado de alerta ante cuadros de fiebre alta persistente durante 3 a 5 días, en los que se recomienda asistir a un centro médico, principalmente si hay antecedentes de un contacto estrecho con personas que tuvieron Covid-19.

La pediatra de Clínica Tarapacá sostuvo que si bien el PIMS es un síndrome con una baja tasa de mortalidad y con buenos pronósticos de recuperación recuperable, eventuales secuelas en los pacientes variarán según el tiempo de detección y tratamiento de los casos, por lo que recalca la importancia de asistir a recintos asistenciales ante sospechas fundadas respecto a esta patología.

La Dra Rodrígues manifestó que “el avance del síndrome puede significar secuelas más graves, que derivan en cuadros como una disfunción cardíaca o lesión en los vasos sanguíneos arteriales” y agregó que el llamado es siempre a consultar lo antes posible con un especialista, “así se puede evitar una hospitalización y el diagnóstico resultará de manera favorable”

Con relación a lo anterior, la pediatra sugirió tomar en cuenta síntomas tales como lesiones en la piel, hinchazón o edema en los labios, puesto que “a veces hay síntomas respiratorios, pero no siempre es así. En muchas ocasiones existe presencia de vómito, dolor abdominal, diarrea, dolor agudo de garganta y dolor de cabeza, principalmente arriba de los ojos, en la zona de la frente, dolores musculares intensos en extremidades inferiores y decaimiento sin explicación alguna”.

Este síndrome, aunque de manera muy poco frecuente, también puede generar una conjuntivitis que no tiene secreción, con presencia de ojos rojos y erupciones cutáneas en la piel. “Estas son lesiones de forma específica que van aumentando con los días. Si bien, los cuadros generados por el PIMS son alarmantes y generan mucho susto, pero al mismo tiempo poseen una baja incidencia, tiene una probabilidad de 1.4% hasta un 0.14% de que ocurra”.

Finalmente, la profesional de Clínica Tarapacá enfatizó en la importancia del autocuidado familiar y el monitoreo constante de la salud de los niños, frente a esta enfermedad que, según la pediatra, tiene las posibilidades más altas de contagio entre aquellos que tienen más de 2 años, específicamente después de los 4 hasta los 15 a 19 años, pero que los casos más severos se han observado en menores de 2 años.