Los datos provienen del sistema de cámaras trampas que implementó la Corporación en las áreas silvestres protegidas del Estado.
Un aporte de más de 135 mil imágenes, se han obtenido gracias a la implementación del Programa de Monitoreo de Objetos de Conservación y Amenazas en el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), que la Corporación Nacional Forestal (CONAF), está ejecutando en Tarapacá para conservar la biodiversidad.
Este programa de monitoreo utiliza como principal herramienta las cámaras trampa, las cuales permiten obtener imágenes de especies y sus amenazas. Los dispositivos son instalados en forma aleatoria dentro de los límites de cada área silvestre protegida, con una separación entre puntos de muestreo de mil metros, por un periodo mínimo de 30 días, abarcando dos temporadas, proceso que se repite anualmente desde el año 2019 en Tarapacá.
Natalia Ortega, directora regional de CONAF, indicó sobre este programa que “el fotomonitoreo con cámaras trampa permite evaluar la efectividad de las gestiones en materia de conservación que realizamos al interior de los parques y reservas, además de conocer el estado en que se encuentra la fauna nativa y sus amenazas”.
El trabajo de terreno y análisis de imágenes es realizado por los guardaparques y el equipo técnico regional del Departamento de Áreas Silvestres Protegidas, lo que ha permitido vislumbrar tendencias sobre el estado de la biodiversidad presente en la Reserva Nacional Pampa del Tamarugal y en el Parque Nacional Volcán Isluga.
Al respecto, Jorge Valenzuela, jefe de la Sección de Conservación de la Diversidad Biológica, explicó que “mediante el análisis y clasificación de las imágenes obtenidas a través de programas computacionales, se obtienen índices que evalúan la ocupación espacial de los objetos de conservación y sus amenazas. En términos generales y tomando información de ambas unidades, a la fecha se han obtenido más de 135 mil imágenes producto de un esfuerzo de muestreo de más de 7300 noches/trampa, es decir la suma total en que las cámaras estuvieron funcionando”.
Entre los principales registros destaca la presencia de zorro culpeo, yaca del norte y zorro chilla en la reserva. Mientras que para el caso de Isluga se incluye la vicuña del norte, puma, gato andino, chique, quirquincho de la puna, zorro culpeo y de diversas aves.
Del análisis realizado sobre la última campaña de monitoreo realizada en la reserva, se deprende que de los siete mamíferos registrados, dos corresponden a especies nativas, cinco a especies introducidas o domésticas, además del registrar la presencia de un marsupial. Mientras que en las aves se identificaron ocho especies nativas.
Respecto a las amenazas se detectó la presencia de ganado ovino, caprino, además de perros, gatos y personas. Las amenazas monitoreadas han dado cuenta de que en algunos sitios donde se han instalado las cámaras, ha variado la presencia de ciertas especies nativas, como por ejemplo el zorro culpeo en la reserva. Al respecto, Valenzuela comenta que esto no significa que se esté extinguiendo o disminuyendo su población; “estos valores se pueden explicar, en parte, porque en los sectores donde se detecta su presencia, también hay registros de perros y de personas, por lo que el efecto de esta perturbación puede tener relación con la disminución de los registros”.
Estos antecedentes son relevantes para medir y evaluar las acciones a implementar en materia de conservación, tales como continuar fortaleciendo los patrullajes, fomentar la tenencia responsable de mascotas, ejecución de operativos veterinarios en zona aledañas, entre otras medidas. Asimismo, los registros han permitido ir adaptando las estrategias de conservación más eficientes al interior del SNASPE, lo cual se complementa con la actualización de los planes de manejo y avances en procesos de monitoreo de fauna.
Finalmente, Valenzuela resalta que actualmente el equipo de guardaparques está en proceso de capacitación para mejorar este programa de monitoreo, además de preparar la próxima campaña de instalación de cámaras trampas en las áreas protegidas de la región.