Desde que la humanidad avanzó en su evolución se tiene conciencia de los rituales y cultos a los muertos. En particular, en Pozo Almonte los cementerios municipales a cargo de Cormudespa, muestran diversas manifestaciones culturales con las que la comunidad recuerda a sus difuntos.
Con una tradicional misa a la que asiste la comunidad católica, así como, asados, desayunos, almuerzos, banda de bronce, música con altoparlantes, chocolate, dulces, son parte de lo que se observa, más allá de las flores de lata, plástico en maravillosos y fuertes colores que van del blanco, amarillo, naranjo y rojo, en los cementerios de Pozo Almonte, una mezcla de fervor religioso y de costumbres de cuturas ancestrales, para rendir honor, tributo o simplemente recordar a los difuntos, es la mixtura de esta celebración de los muertos el 1 de noviembre.
Además, Cormudespa se encarga de repartir dulces a los asistentes, en tanto, los funcionarios municipales, aportan con el aseo y preparación de las calles aledañas para evitar la polución de los vehículos en las calles de tierra.
Asimismo, personal voluntario de Cruz Roja se hace presente para atender ante cualquier emergencia, dadas las altas temperaturas.