La energía del sol, la mantención de verduras y frutas en formato orgánico son dos rasgos que la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena Conadi, prioriza como pilar fundamental para la agricultura que se desarrolla en toda la provincia del Tamarugal.
Desde diversas localidades rurales llegaron a reunirse en el centro de Pozo Almonte más de 20 personas con calidad indígena vinculadas a proyectos de Conadi y beneficiarias de subsidios; quienes asistieron a la primera jornada de capacitación sobre instalación, limpieza y supervisión de sistemas fotovoltaicos dirigido por el experto en la temática don Eduardo Santelices.
El sol extremo de esta zona del país, es el elemento natural más potente entre las energías renovables, es por eso que Conadi, ha puesto énfasis en la instalación de paneles fotovoltaicos para el bombeo de agua, electrificación de sistemas de riego y sistemas de energía para la agricultura en el desierto, convirtiéndose en una de las alas de desarrollo técnico e innovación.
De modo que, junto a la empresa contratista Geoterra se organizaron dos jornadas de capacitaciones con el objetivo de formalizar los conocimientos y fomentar las claves técnicas que apoyan y despliegan iniciativas que cuidan el medio ambiente y apuntan a una mejor calidad de vida.
El ciclo de capacitaciones están enmarcadas en el programa: “Diseño y Elaboración de Proyectos de Riego, Región de Tarapacá año2022”, donde se desarrollaron temáticas de cómo funcionan los sistemas, cómo se instalan, cómo se limpian, acciones para colaborar en la mantención y también que las personas tengan información necesaria para abordar a un técnico que le esté haciendo un trabajo, entender cómo lo está haciendo, que es lo importante y saber si lo está haciendo bien o mal.
Una de las asistentes proveniente del Sector de Bajo Soga, ubicado en la depresión intermedia de la provincia, Sonia González, comentó que “yo, con un motor que funcionada con petróleo lograba bombear el agua para regar. Ahora con el proyecto de Conadi, cambió mi realidad y estoy ahorrando mucho en los costos. La implementación del sistema fotovoltaico es un beneficio muy bueno, es sano, no contamina porque se ocupa el sol y ahorra el combustible, que finalmente igual intoxica el sector donde se utiliza. En mi casa aún no tenemos luz eléctrica, pero tuvimos una excelente cosecha y gracias a eso podremos avanzar”.
Por su parte, el especialista en instalación de paneles fotovoltaicos, Eduardo Santaelicez, agregó que, “los proyectos que Conadi enfoca a la energía fotovoltaica son en beneficio de las personas y en positivo a la utilización de energías limpias y que todas las personas tengan acceso, facilitando estas instancias. Por ende, se necesita transmitir los conocimientos conducentes al área agrícola, me gusta esta experiencia individual donde podemos ayudar y mejorar la calidad de vida de las personas”.
TIERRA SANA, ALIMENTOS ORGÁNICOS
En el corazón de la pampa del Tamarugal distante a 72 kilómetros de Iquique, se ubica el poblado de La Tirana, donde se realizó el segundo taller “Capacitación teórico-práctico en manejos agroecológicos y determinación del coeficiente de uniformidad de caudales”, orientado a la capacitación de mujeres locales.
Nueve mujeres indígenas se reunieron y fue Carlos Alarcón, supervisor de proyectos Conadi quien dio inicio a la actividad destacando que: “hoy nos reunimos para que ustedes mujeres, beneficiarias de Conadi, puedan aprender con herramientas no tan complejas, sin insecticidas, ni químicos, elaborar bioplaguicidas y fermentados con elementos naturales y residuos de cosechas. Así verán que se pueden hacer cosas buenas y obtener resultados, promoviendo y generando cambios positivos en los procesos agro productivos”.
La actividad que comenzó a las 10:00 de la mañana, reunió a las mujeres para la presentación de manos del especialista, ingeniero en ejecución agrícola, Alejandro Flores, quien reveló que estas prácticas han sido sabidurías ancestrales, que se han mantenido en el tiempo, con la globalización se olvidaron un poco, pero ésta forma amigable sirve para desarrollar una palanca económica en la Región y la actividad agrocampensina familiar del Tamarugal.
Además, agregó que “volviendo a lo que eran las sabidurías ancestrales donde casi solamente se utilizaba el huano de abono y nada más, ahora se podrían potenciar con nuevas prácticas, nuevos manejos con biopesticidas y bio preparados que fomenten una agricultura más amigable y sustentable en el tiempo”.
En el caso de Silvia Quispe, proviene de Matilla, comuna de Pica, manifestó que “Yo cosechos cítricos, limón, naranja, tangelo y mango, hace más de 20 años que me dedico a esto. Yo me siento feliz porque vivo de esto y doy gracias porque hice estudiar a mis hijos. Ahora la producción ha bajado un poco, por el tema de las plagas. Por eso estoy aquí, es importante para mí, ya que podré preparar este abono para combatir las plagas y de forma natural; porque a mi me preocupa la tierra, este formato, estoy segura que colabora en el mantenimiento de la tierra en que siga manteniéndose fértil y nutrida”.
Perteneciente a la comunidad de La Tirana, sector Marcamás, Delia Moscoso, dijo que “este curso me ayudó porque yo desconocía los preparados de los abonos e insecticidas naturales, es un tema que en lo personal me fascina porque siempre estoy pensando en la alimentación saludable y orgánica, esto me ayuda, sobre todo, porque yo estoy en mi primera etapa de los cultivos. Yo cosecho betarragas y espero en 5 años más tener más variedad en alimentos y llegar a las familias con frutas y verduras orgánicas”.
Entre las actividades prácticas del taller se realizaron: fermentado de estiércol, fermentado de algas y polisulfuro de calcio, todos con la descripción de dosis, insumos, preparación y modo de empleo.