Hoy nos encontramos reunidos en profundo pesar para rendir una emotiva despedida al padre Francisco Robles, un hombre de fe ejemplar que ha dejado un vacío irremplazable en nuestros corazones. El padre Francisco fue un faro de esperanza y un ejemplo de entrega desinteresada. Su presencia irradiaba paz y su voz consolaba nuestros espíritus. Su compromiso con la comunidad de Pozo Almonte fue incansable, dedicando su vida a servir y ayudar a quienes más lo necesitaban. Su labor incansable dejó un impacto duradero y su legado será recordado por generaciones. Que tu alma descanse en paz, querido padre Francisco. Siempre te recordaremos con amor y gratitud.