El traspaso de un oficio, además de abrir nuevos caminos u oportunidades para el desarrollo de los hijos, que tienen sus propios anhelos, pareciera ser más que una impronta en los padres, que se han desarrollado en el campo, una decisión compartida con las circunstancias de vida, de convicciones que posea cada grupo familiar, además de la crianza y buena comunicación que se tuvo en la niñez.
Con algo de esto nos encontramos al conversar con quienes son protagonistas en la producción del evento textil, que está llevando a cabo, por estas semanas, el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), región de Tarapacá, con la séptima versión de su Mercado Textil, evento que culmina esta semana con una actividad presencial, a través de un desfile de artesanía aymara, este sábado 29 de julio, en Mall Zofri.
Nayareth Challapa Aranibar (25) es una joven, hija de una mujer agricultora y ganadera de origen aymara, que conjuga perfectamente una apertura a buscar nuevos horizontes aspiracionales, como todo joven, en lo educación formal, pero sin dejar de lado el aprender y entender las tradiciones y entendimiento del porque de la existencia de aquellas prácticas ancestrales de los antepasados.
Nayareth es una de los cinco hermanos que conforman la familia de Miriam Aranibar, madre, agricultora, ganadera y artesana integrante de la agrupación de artesanas de Monte Huanapa, de la localidad de Cariquima, quien por estos días es protagonista, junto a otras mujeres artesanas, del Mercado Textil, que se está llevando a cabo a través de las redes sociales de INDAP, en la región de Tarapacá (Facebook Mercado Campesino Tarapacá).
De profesión Trabajadora Social y madre de una niña, Nayareth fue parte de las hijas de las artesanas, que participaron de la producción comercial de las distintas prendas trabajadas por las artesanas, para lo cual participó de la sesión de fotos, modelando distintos tejidos, como también el participar del desfile de estos textiles, próximo a realizar el sábado 29 de julio, en Mall Zofri. “Bueno además de apoyar a mi madre, desde pequeña me enseñaron esto de saber tejer con estos sistemas, en mi caso con la técnica de cuatro estacas. Mi mamá además me hacía ordenar la lana por colores y me explicaba el por qué se hacía de tal forma. Posteriormente, cuando mis padres decidieron acercarse a la ciudad, para dar continuidad a mis estudios, mi madre continuó con este oficio, a través del sistema a pedales, debido a que el espacio que se necesita es más reducido. Esto último, y ya estando más grande -agrega esta joven- me permitió tener más conocimiento, para saber tejer con el sistema de pedales”; aprendizaje que ha permitido a Nayareth saber de esta técnica, con la sapiencia de su madre, traducir a través de sus manos, telares como bufandas y chales, oficio “que además quise profundizar un poco más, cuando tuve a mi hija y me dediqué ese tiempo, por cerca de un año a estar en casa, permitiéndome tener la posibilidad de criarla, así como poder estar con mi madre”.
Precisamente, desde la mirada de las madres y tejedoras, Nilda Vilca Pérez, quien es parte de una agrupación de tejedoras artesanas, de la comuna de Camiña, el traspaso de este oficio se materializó con su nieta, quien a sus 15 años ya sabe la técnica de cuatro estacas y a dos pedales. No obstante, este conocimiento no se ha perdido en su núcleo familiar directo, ya que “mis hijos. -nos comenta- que son tres hombres, no sólo se ha traspasado en dos de ellos, a sus esposas, sino también ellos mismos, por su inquietud, desde pequeños preguntaron a su padre y el traspaso que tuvo antes con su abuelo, del uso y práctica del tejer en hombres, para tener sus propias prendas, pantalones por ejemplo. Antiguamente era común que el hombre también tejiera su ropa”, comenta esta artesana, agricultora y ganadera, con tono de orgullo, al comentar este traspaso y herencia cultural, que aun prevalece en su familia.
Para el director de INDAP Tarapacá (s), Felipe Martínez, este conocimiento, “más allá de la elaboración de las prendas y su traspaso a las nuevas generaciones, da cuenta de la importancia que ocupa este oficio en las usuarias de INDAP, quienes además de ser mujeres agricultoras y muchas de ella ganaderas, han hecho de esta actividad conexa, como es la artesanía textil un importante patrimonio cultural inmaterial, en lo que conlleva el transmitir sus conocimientos y técnicas a otras personas”, en particular dentro de sus comunidades, con el desafío de que puedan llegar a ser un legado. “De ahí la importancia del poder contar con estos espacios de comercialización, como es el Mercado textil, para exponer estos trabajos de primera calidad, las cuales son hechas en fibra de alpaca”, comentó la autoridad.
De esta manera, este traspaso de prácticas, no sólo textiles, sino además agrícolas y ganaderas aun prevalecen en las nuevas generaciones, ya que, como nos comenta Nayareth, son parte de “nuestra vida cotidiana. Yo, por ejemplo. -agrega ella- cuando estudiaba mi carrera profesional en Antofagasta y llegaban las vacaciones de enero, me iba a casa, en Cariquima y pasaba los veranos en familia, acompañada de la cotidianidad propia de las labores tanto agrícolas como ganaderas. Por lo menos en mi caso como familia, esto es muy común entre nosotros como hermanos”, detalló.
Hoy, desde la producción del mercado textil, que llevó a varias hijas a apoyar a sus madres tejedoras, a vestir sus prendas, para impulsar sus emprendimientos, también mostró en su entramado familiar el valor de entender esta técnica como una práctica cultural. “El traspaso consiste en saber el trasfondo de esos diseños que estás modelando. Ahí te das cuenta de saber entender esta mano de vuelta que uno hace con el trabajo de las madres y abuelas, al momento de seguir otros caminos, pero sin perder tus raíces”, nos comenta Nayareth, resaltando que “esa comunicación es fundamental con la mamá”, impresión que es compartida por Nilda Vilca, ya que “esto no puede perderse y lo mejor, que aún hay interés en los hijos y nietos, y por supuesto de uno, al querer también enseñar este oficio”, comentó.
INDAP, en la región de Tarapacá trabaja a través de sus herramientas de Asesoría Especializada, Gestor Comercial y el Programa de Asociatividad Económica (PAE), como también con su programa de Mercado Campesino, permitiendo con ello fomentar el desarrollo comercial de sus usuarias, que desarrollan actividades conexas, vinculadas a la artesanía textil, ya sea como personas naturales o como agrupaciones, tales como la Asociación Indígena Aymara Monte Huanapa, que son artesanas del sector de Cariquima; la Asociación Indígena Aymara Aymar Warmi, que congrega a artesanas de distintos sectores de la comuna de Colchane; el Grupo de Artesanas de Camiña y la Cooperativa de Aymar Sawuri, que agrupa a artesanas de distintos lugares del Tamarugal.