Por David Valle Mancilla, Seremi de Salud de Tarapacá
Hace unas décadas, cuando la tecnología no presentaba los avances que conocemos en la actualidad, la radio, la televisión y la prensa escrita eran los medios de comunicación por excelencia de las personas. Hoy, el panorama ha cambiado drásticamente con la irrupción de las redes sociales e internet, transformándose en las plataformas preferidas por gran parte de la población para informarse y expresar sus opiniones en tiempo real.
Aunque la radio y la televisión siguen siendo efectivos para transmitir mensajes, esta nueva realidad ha impulsado a las personas a buscar medios más informales y comunitarios, donde la diversidad de voces y opiniones permite escapar de los nichos específicos. No obstante, este cambio nos plantea una pregunta crucial: ¿cuál es la responsabilidad de los medios de comunicación en la difusión de información, especialmente en temas tan sensibles como la salud?
La relación entre las autoridades de salud y los medios de comunicación debe ser intrínsecamente colaborativa. Es imperativo que la salud pública cuente con canales eficaces para promover prácticas saludables, educar sobre condiciones sanitarias y alertar sobre riesgos potenciales. El rol de los medios en este contexto es esencial, ya que permiten clarificar mitos, ordenar ideas y fomentar el autocuidado, que es, en última instancia, nuestro objetivo principal.
La comunidad demanda información clara y veraz, preferiblemente de fuentes primarias. En temas de salud, un mensaje malinterpretado o incorrecto puede tener consecuencias graves, incluso fatales. Lo hemos visto con los movimientos antivacunas, cuya desinformación ha reducido las tasas de inmunización en ciertos grupos, lo que ha provocado el resurgimiento de enfermedades que creíamos controladas o erradicadas, como el sarampión, la rubéola y la poliomielitis.
Como autoridades, tenemos la responsabilidad de informar de manera precisa, evitando el pánico y la confusión. Es por eso por lo que los medios de comunicación deben ser aliados cercanos en la difusión de información crítica. Durante estos años, hemos logrado transmitir con éxito la importancia de las campañas del ministerio, lo que ha protegido a nuestros grupos vulnerables, y la población en general, evitando que colapsen las redes asistenciales.
La comunicación clara y fundamentada es vital para fortalecer la salud de una comunidad, permitiendo que los ciudadanos participen activamente en su propio cuidado y en el de sus seres queridos. Sin embargo, esta responsabilidad no recae únicamente en las autoridades. Cada persona también debe asumir su rol, informándose a través de canales y plataformas confiables, evitando caer en las trampas de las noticias falsas y utilizando las redes sociales de manera responsable.
Como servidores públicos, nuestro compromiso es para y por la comunidad; la comunicación efectiva y veraz es nuestra mejor herramienta para garantizar una salud pública robusta y un bienestar colectivo duradero.