• jueves, 19 septiembre 2024 19:34

La ganadería camélida y el desafío de los bofedales en el Altiplano de Tarapacá

Sep 14, 2024
En el altiplano, específicamente en la región de Tarapacá, se viene trabajando por mantener el equilibrio en los ecosistemas andinos y sostener el patrimonio local de una tradición milenaria: la ganadería camélida. Conversamos con el Jefe de Fomento Productivo de INDAP región de Tarapacá, Luis Pizarro y la Coordinadora del Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI), Mariela Calle, para entender y dimensionar las perspectivas sobre los desafíos y las innovaciones en este sector vital para la economía y la cultura de la zona.
La semana pasada, la localidad de Cariquima, en la comuna de Colchane, fue escenario de una importante acción formativa con un grupo de ganaderos, usuarios del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), servicio dependiente del Ministerio de Agricultura.
El evento contó con la participación de Edwin Torrico, Docente investigador, de la Facultad de Ciencias Agrarias y Naturales de la Universidad Técnica de Oruro, Bolivia, quien estuvo acompañado por Luis Pizarro, Jefe de Fomento de INDAP Tarapacá, Mariela Calle, Coordinadora del Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI), el Ejecutivo de INDAP, para la comuna de Colchane, Nelson Donoso, además de los profesionales de apoyo de Fomento y extensionistas del PDTI.
El Desafío de la Alimentación en Altura
Las acciones formativas a las que pueden acceder los ganaderos, usuarios de INDAP, les permite abordar temáticas de relevancia, para poder dar continuidad al desarrollo camélido, siendo la alimentación de estos camélidos parte fundamental. La reciente acción formativa -nos comenta Luis Pizarro- buscaba abordar uno de los problemas más acuciantes para los ganaderos del altiplano: la alimentación del ganado en un entorno cada vez más desafiante producto de los efectos del cambio climático.
Según Pizarro, la necesidad de encontrar alternativas de alimentación y suplementación para el ganado hoy es un desafío crucial, “si lo entendemos desde la necesidad de mantener un equilibrio en los ecosistemas andinos y de la conservación de la tradición milenaria, como es la ganadería camélida, especialmente considerando las condiciones climáticas extremas del altiplano”.
La decisión de invitar a un experto extranjero no fue casual. El profesor Torrico, proveniente de Bolivia, aporta un conocimiento invaluable basado en su experiencia en un ecosistema muy similar al del altiplano chileno. «Tanto la flora como la fauna donde él desarrolla su trabajo en torno a la ganadería son muy similares, casi idénticas en términos de especies a las del altiplano chileno», explicó Pizarro.
Durante la jornada, se abordaron técnicas innovadoras para la alimentación del ganado camélido. Se destacó el uso de concentrados elaborados con especies locales, como los restos de quinua y pastos nativos del altiplano. «El profesor nos enseñó cómo aprovechar especies que tienen mayor capacidad de proveer proteínas a los animales», comentó Pizarro, siendo bien recibido entre los ganaderos asistentes.
También se exploraron métodos como el ensilado, que permite conservar la calidad nutricional de los pastos frescos. Estas técnicas son cruciales para mantener la viabilidad proteica y nutricional de los alimentos durante los períodos de escasez, aspecto que para la Coordinadora del programa PDTI, Mariela Calle, “fue interesante, viniendo del profesor Torrico y del trabajo con vasta experiencia que trae desde Bolivia, en cuanto a cómo trabajan la calidad nutricional de los pastos, en el altiplano”.
Por último, “la alimentación en base a la escasez de forraje, también fue de interés, no sólo por las prácticas que ya vienen realizando los ganaderos, como el hacer rotaciones en los terrenos o el acceder a concursos de recuperación de suelos, sino además en la preparación de estos concentrados con los restos de la quinua, por ejemplo”, detalló Calle, quien agregó que ya se evalúa un segundo espacio de trabajo, en técnicas de alimentación, por el interés demostrado.
El Crítico Estado de los Bofedales
Uno de los temas preocupantes abordados en la jornada fue el estado de los bofedales, ecosistemas vitales para la región. El profesor Torrico realizó un ejercicio simple pero revelador sobre la carga animal en estos espacios, al observar alta concentración de ganado camélido en superficies menores, generando evidentemente sobrepastoreos, sobrecarga animal que está llevando a la desecación de los bofedales. Los bofedales cumplen una función crucial como reservorios de agua y purificadores naturales, esenciales para la vida en el altiplano.
El experto boliviano compartió estrategias para la recuperación de los bofedales, incluyendo la creación de «cosechadores de agua» en los bordes de los cerros. Estas técnicas permitirían acumular agua de lluvia, facilitando la reforestación natural y la infiltración hacia los bofedales.
La jornada concluyó con un llamado a la acción. Luis Pizarro y Mariela Calle coinciden en la importancia de que los ganaderos repliquen lo aprendido, especialmente en cuanto a la elaboración de concentrados alimenticios y el manejo responsable de los bofedales.
Para las autoridades del sector en la región, en la voz del Seremi de Agricultura, Eduardo Justo, «estas acciones no solo mejorarán la alimentación del ganado, sino que también contribuirán a la recuperación y preservación de estos ecosistemas vitales», señaló la autoridad, quien precisamente viene trabajando en una mesa técnica, para diagnosticar y buscar soluciones, para un crecimiento responsable y sostenible del ganado camélido en la zona altiplánica de la Región de Tarapacá; trabajo donde los instrumentos de INDAP cumplen un rol estratégico. Respecto a ello, es que el director regional Adolfo Hidalgo comentó que en el altiplano el desafío por mantener el equilibrio entre la tradición ganadera y la preservación del medio ambiente es fundamental. “Iniciativas como esta acción formativa, demuestran que, con conocimiento y compromiso, es posible avanzar hacia un futuro más sostenible para la ganadería camélida y los frágiles ecosistemas del altiplano”.