Integrantes de la Mesa de la Biodiversidad liderada por la Seremi de Agricultura de Tarapacá, participaron del último monitoreo en terreno de la temporada 2022 a los sitios de nidificación del gaviotín chico (Sternura lorata), especie que se encuentra en estado de conservación y cuyo proceso reproductivo lo desarrolla en la zona costera sur de Iquique.
Durante la visita al sector de caleta Chanavayita, profesionales de las Secretarías Regionales Ministeriales de Salud y Vivienda, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y la Corporación Nacional Forestal pudieron advertir la amenaza latente que implica la expansión urbana en estos sectores donde las aves colocan sus huevos y alimentan a sus crías.
La seremi (s) de Agricultura, Natalia Ortega, manifestó su preocupación ante la escasa distancia entre los sitios de nidificación y sectores residenciales, algunos de estos sin ningún tipo de regulación. “Entendemos que en la región existe una demanda habitacional muy importante, pero eso debe ir de la mano con la protección de nuestra biodiversidad y es por ello que conformamos esta mesa, para agrupar a los distintos servicios incumbentes y garantizar la protección de esta especie, tomando en cuenta también el fenómeno de la expansión urbana que ya es una realidad al sur de Iquique”.
Sue Vera, directora regional (s) del SAG señaló que con esta visita a terreno el Servicio Agrícola y Ganadero da por terminada para el 2022 la campaña de monitoreo del gaviotín chico en la región. «A partir de los datos recabados estamos en condiciones de hacer entrega del informe técnico que permite establecer de manera anual la ecología de esta especie en la zona, estudio que el servicio realiza hace diez años con el fin de que sirva de insumo científico para el establecimiento de una zona de protección de los sitios de reproducción y nidificación de esta especie clasificada como en peligro de conservación», detalló Vera.
En este sentido, la directora (s) del SAG Tarapacá añadió la importancia del trabajo que realiza el servicio para establecer el estado de las poblaciones del gaviotín chico en la zona y enfatizó que “de acuerdo a estos censos que anualmente realiza el SAG hemos podido observar una lenta y reducida recuperación de sus poblaciones en los últimos años. Esto, gracias al trabajo de sensibilización que se ha realizado ante la comunidad para el cuidado de sus espacios de nidificación. Sin embargo, esta buena noticia no es garantía de que este indicador se pueda mantener en el tiempo. Es necesario avanzar en su protección».
En el recorrido por Chanavayita también participó la Fundación para la Sustentabilidad del Gaviotín Chico. Sylvia Hernández, directora ejecutiva de esta fundación con sede en Mejillones, región de Antofagasta, reconoció que “es súper difícil monitorear el crecimiento explosivo de los asentamientos irregulares que aparecen de un momento a otro. Hay eventuales riesgos asociados, como la presencia de camiones y vehículos 4×4 que comienzan a llegar y entrar por cualquier lado. Eso puede provocar el atropello de los huevos y los polluelos. También hay presencia de perros para vigilar estos asentamientos que deambulan por estos sitios depredando la fauna que hay en el sector”.
En Tarapacá la fundación ha identificado ocho puntos de nidificación: Yape, Pozotoyo, Quinteros, Patillos, Ike Ike y al interior del aeropuerto Diego Aracena, siendo los de principal concentración la desembocadura del Río Loa y caleta Chanavayita.
El gaviotín chico es una especie migratoria que se extiende por Ecuador, Perú y el norte de Chile. Visita la región de Tarapacá entre los meses de junio a diciembre de cada año, nidificando a partir de julio y quedándose en ocasiones hasta el mes de enero.