El viernes 28 de junio quedará en la memoria de los suboficiales mayores de Gendarmería, los que cumplieron el último día laboral, en vista que la llegada del séptimo mes del año, les indicó el cumplimiento de los 30 años de servicio activo en la institución, con lo cual marcó la culminación de sus labores y de entrega al servicio de la entidad.
Es el caso de los suboficiales mayores, José Carril Tranamil y Mauricio Ramírez Améstica, que llegaron hasta el CCP de Iquique, unidad que los recibió luego de egresado de la escuela de suboficiales. Pero esa visita encerró un significado especial, ya que no sólo llegaron a despedirse de los compañeros de trabajo, sino que fue para despedir y liberar al mártir del CCP, gendarme Juan Monsalve Meriche.
“Mi suboficial mayor, venimos a liberarlo de la guardia y custodia de esta unidad, después de 30 años de servicio. A partir de ahora, compañero de curso, descansa en paz”. Esa fueron las palabras que entregó el suboficial mayor, José Carril, en posición firme, frente al monolito del compañero de curso, mártir del CCP, quien fue abatido por cuatro internos que se hicieron pasar por trabajadores de la construcción que laboraban en el levantamiento del cierre perimetral de esa unidad.
“Esa mañana llegamos al trabajo y nos juntamos para conversar y comernos un sándwich y tomar una bebida. Después el suboficial de guardia nos entregó los lugares a custodiar. A mí, me destinaron al sector donde falleció Juan Monsalve. A Juan, lo destinaron al otro portón. Después de un momento, nos entregaron una nueva orden, donde se invirtieron los papeles. Es decir, yo fui al portón de entrada de los camiones con material y Juan al portón donde ingresaban los trabajadores. Estando en mi sector, sentí balazos y no sabíamos de donde provenían. Después, me entero que Juan había fallecido. Solo reflexioné que ese momento era para mí. Si se hubiera mantenido la orden inicial, quien debía haber muerto ese día, era yo. Pero el destino dijo otra cosa”.
Con lágrimas en los ojos, José Carril recuerda ese momento y entrega el afecto a su compañero de curso. Dijo que desde que pasó el incidente, nunca había hablado del tema y ahora, cierra un episodio en su vida laboral y personal.
Por su parte el suboficial mayor, Mauricio Ramírez, recordó que esa mañana, en el sector donde fue el incidente, hubo una caótica situación, porque las balas venían de ambos sectores. Del centinela que estaba en la garita del lugar, de los internos que arrebataron el fusil al funcionario.
“Pero antes de ese incidente, tuvimos la muerte de otro compañero de curso, quien se auto eliminó en la garita que está en la mitad del muro. “Di la alerta que el compañero de curso estaba muy complicado. Tenía diversos problemas y se había dedicado al alcohol. Pero el suboficial de guardia de la época no asimiló la situación y se concretó el fallecimiento del compañero de curso”.
Ambos suboficiales depositaron una ofrenda a los pies del monolito del mártir del CCP de Iquique, siendo la última actividad oficial, vistiendo el uniforme de Gendarmería. Ahora, inician una nueva vida, pero con el convencimiento que cumplieron con el deber y con las instrucciones que se les encomendó