Representantes del sector productivo, empresa privada, academia y servicios públicos enriquecieron la hoja de ruta elaborada por la Fundación de Innovación Agraria del Ministerio de Agricultura y la Universidad Arturo Prat.
Aportar a la Estrategia Regional de Innovación Agraria desde distintas aristas fue el objetivo del primer Ciclo de Innovación realizado a nivel nacional en Tarapacá. Al edificio de Convenciones de la Zona Franca de Iquique llegaron servicios públicos, universidades, empresas, productores y productoras del Tamarugal, quienes aportaron desde sus visiones al documento elaborado por la Fundación de Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura y Universidad Arturo Prat.
El seremi de Agricultura Eduardo Justo destacó la amplia participación del mundo silvoagropecuario “en especial para articularnos con otros actores y así priorizar las distintas visiones e incorporarlas a nuestra Estrategia Regional de Innovación. Tuvimos a representantes de la academia, el mundo privado, servicios públicos y por supuesto al rubro productivo. Nuestra agricultura tiene desafíos y oportunidades que son clave desde el desierto más árido del mundo y es ahí donde todos y todas podemos cooperar desde nuestras experiencias y conocimientos».
La actividad, liderada por FIA, convocó a profesionales de la Seremi de Agricultura, Corfo, la Comisión Nacional de Riego, SQM, Consultora Gedes, Inacap, Universidad SEK, Unap, Agrícola San Ignacio y la Asociación de Propietarios Agrícolas Sector Resbaladero.
El representante regional de FIA, Felipe Olivares, afirmó que se cumplió el objetivo: “Básicamente buscábamos a través de la opinión de actores relevantes del sector silvoagropecuario de nuestra región validar la información levantada en la Estrategia Regional de Innovación. Generamos un espacio de discusión donde todos los actores que participaron propusieron desde sus ámbitos de acción cómo aportar a solucionar las brechas con nuevas ideas de proyectos e innovaciones”.
Durante la actividad se identificaron las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas del rubro silvoagropecuario regional, entre las cuales destacaron de forma negativa la escasez hídrica y el despoblamiento de los territorios rurales como una realidad global.
María Laura Navarrete, investigadora y coordinadora del equipo de la Universidad SEK a cargo del proyecto Jóvenes Rurales 4.0. expresó que «aportar desde nuestro proyecto es fundamental ya que la migración a la ciudad por parte de las nuevas generaciones es algo que confirman los propios jóvenes que aún habitan los pueblos y que con ideas innovadoras buscan promover el desarrollo de sus localidades y generar oportunidades de empleo. Debemos impulsar iniciativas que motiven a los jóvenes a quedarse en las tierras de sus padres y madres”.
Jorge Olave, académico de la Universidad Arturo Prat y director del proyecto Lab Ancestral, agregó que “la escasez hídrica es un tema de máxima preocupación para todas las actividades económicas de Tarapacá. La demanda de agua es mayor que la oferta que proporcionan los acuíferos, por lo que se nos presenta el desafío de cómo disminuir esa brecha y cómo probamos fuentes alternativas como la desalinización de agua de mar y el uso de agua residual, como utilizar aguas grises para uso agrícola, aunque restrictiva para algunos cultivos”.