Tras el reciente incendio que afectó a uno de los monumentos históricos más significativos de Iquique, el Dr. Alberto Díaz y la Mg. Nicole Cortés, de la Universidad de Tarapacá, presentarán una revisión historiográfica del rol social, cultural y religioso de la Iglesia San Antonio y el Convento San Francisco.
Bajo el título “Desde las cenizas del tiempo y el templo: Historia de la Iglesia San Antonio y convento San Francisco de Iquique”, el Dr. Alberto Díaz y la Mg. Nicole Cortés, de la Universidad de Tarapacá, presentarán esta ponencia para explorar los elementos históricos y sociopolíticos detrás de su construcción en los inicios del siglo XX, así como la compleja misión de su recuperación en el contexto actual.
La presentación será el miércoles 30 de octubre, desde las 17:00, en el Museo Regional de Iquique, con motivo de la conmemoración de los 140 años de la Ley de Creación de la Provincia Chilena de Tarapacá, y resulta de relevancia para la comunidad, debido al reciente incendio, ocurrido el pasado 11 de octubre, que afectó al centenario templo, declarado monumento histórico en 1994.
La exposición analizará, desde una perspectiva historiográfica, el contexto en el cual se sitúa el proyecto de edificación de la iglesia San Antonio de Padua y convento San Francisco de la ciudad de Iquique, en los albores del siglo XX.
Además, el propósito busca discutir sobre la base de antecedentes históricos y archivísticos, los elementos sociopolíticos, religiosos y culturales que gravitaron el levantamiento del templo, la circulación de símbolos religiosos, y la coyuntura política que la chilenización trajo consigo.
Al respecto, el historiador y académico del Departamento de Ciencias Históricas y Geográficas de la Universidad de Tarapacá, el Dr. Alberto Díaz Araya, señala que “cuando nos referimos al pasado urbanístico de la ciudad de Iquique, son las evidencias documentales e históricas las que permiten problematizar cuáles fueron los propósitos para la expansión urbana y la instalación de templos en lugares periféricos; áreas o pampas donde habitaban en precarias viviendas colectivos obreros vinculados al puerto o a la industria del salitre, con zonas de cultivo y/o crianza de aves domésticas, vacunos o mataderos”.
Sobre esto, el Dr. Díaz Araya explica que “en aquellos sectores, los templos se erigieron como una torre o farol de moralidad para regimentar el disciplinamiento de las clases proletarias, e insertar la pastoral como dispositivo de vigilancia y control social. Sobre esto, el templo San Antonio, entre otros, tuvieron resonancia en la cultura popular del Iquique de antaño y a la inversa, fueron articulados localmente por una religiosidad construida en los espacios marginales de la sociedad. El culto a San Antonio, cada día martes, como acto de devoción popular, o la quema de Judas, bajando desde la iglesia por calle Latorre, en Semana Santa, son muestras de una identidad religiosa con múltiples significados para las mujeres y hombres del Iquique antiguo”.