Por primera vez la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (Eanna) entrega realidades que antes quedaban fuera de las estadísticas oficiales del trabajo infantil en nuestro país.
Después de once años, Chile cuenta con una nueva radiografía del trabajo infantil gracias a los resultados de la EANNA 2023. Esta encuesta, liderada por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, en colaboración con el Ministerio del Trabajo y Previsión Social, el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, la OIT y UNICEF, introduce una medición más completa y rigurosa, alineada con los nuevos estándares internacionales y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
A diferencia de la medición anterior, la EANNA 2023 no solo mide el trabajo infantil remunerado en ocupaciones económicas, sino que incluye también el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados en condiciones peligrosas.
En este sentido, la Seremi (S) de Desarrollo Social y Familia de Tarapacá, Carmen Gloria Muñoz, señaló que “EANNA hoy nos muestra otras dimensiones del trabajo que ejercen niñas, niños y adolescentes, como incorporar la medición del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado y peligroso, permite visibilizar una realidad que antes no estaba contabilizada cuando se miraba el trabajo infantil, a eso agregar que introducir una perspectiva de género en la medición del trabajo infantil es muy relevantes. Agregar que en total, un 15,5% de los NNA a nivel nacional realiza algún tipo de trabajo infantil, la región de Tarapacá está levemente bajo la media nacional con un 14,2%”.
Mientras que el Seremi trabajo y previsión social El Seremi del Trabajo y Previsión Social, Ignacio Prieto, manifestó que “los resultados de la EANNA 2023 nos entregan una visión más amplia y profunda del trabajo infantil en nuestro país, visibilizando realidades que antes permanecían ocultas, como el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado en condiciones peligrosas. Desde el Ministerio del Trabajo y Previsión Social reafirmamos nuestro compromiso de erradicar el trabajo infantil en todas sus formas, fortaleciendo las políticas públicas y priorizando acciones concretas que protejan los derechos de nuestros niños, niñas y adolescentes. Esta información es clave para avanzar hacia un Chile más justo e inclusivo”.
La seremi de la Mujer y la Equidad de Género, Noemi Salinas Polanco, señaló que “poder contar con los datos que nos entrega la EANNA 2023 nos permite evidenciar como la sociedad construye desde la infancia roles de género que restringen las aspiraciones y oportunidades de niñas y niños. Esta división sexual del trabajo, arraigada en tareas domésticas no remuneradas para las mujeres, limita el desarrollo económico y social del país. Por tanto es fundamental transformar esta realidad para construir una sociedad más justa e igualitaria y ese es el camino que hemos asumido desde el gobierno del presidente Gabriel Boric, desde el plan Chile Para Todas, que busca incorporar en cada gestión de nuestro gobierno un enfoque de género capaz de evidenciar las desigualdades de género presentes en nuestro país, con el fin de superarlas”.
Datos claves
Con una muestra representativa del total de NNA del país, diseñada para dar cuenta de las realidades nacional, regional, urbana y rural, la encuesta fue aplicada directamente a 17.659 NNA entre 5 y 17 años. Por primera vez, el levantamiento permite estimar el trabajo infantil a nivel regional y por área geográfica, dando cuenta de las diferencias que manifiesta el trabajo infantil en los territorios.
Según la EANNA 2023, un 5,4% de las niñas, niños y adolescentes entre 5 y 17 años —equivalente a 177.971 NNA— realiza trabajo infantil en la ocupación (por un pago) y otras actividades económicas. Es muy importante mencionar que, producto de la adopción de los más altos estándares metodológicos adquiridos por el país, es posible evidenciar que un 11,2% de los NNA que residen en Chile —equivalente a 366.678— desarrolla tareas domésticas y de cuidados no remuneradas y en condiciones peligrosas, las que afectan en mayor medida a niñas y adolescentes mujeres.
En total, un 15,5% de los NNA —507.800 niños, niñas y adolescentes— realiza algún tipo de trabajo infantil. Las cifras de trabajo en la ocupación y otras actividades económicas y las de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado y peligroso suman más de 15,5%, porque hay un 1,2% de NNA que realizan ambas formas de trabajo infantil.
Mientras que los trabajos remunerados y otras actividades económicas tienen mayor prevalencia en los niños y adolescentes hombres (6,6% frente al 4,2% de las niñas), son ellas las que enfrentan una mayor carga en tareas domésticas y de cuidados no remuneradas y peligrosas (12,3% frente al 10,1% de los hombres).
Es importante destacar que, sin la perspectiva de género, solo se habrían contabilizado a unos 180.000 niños, niñas y adolescentes en trabajo infantil en ocupaciones económicas, dejando invisibles a más de 350.000, principalmente niñas y adolescentes, que realizan trabajo infantil doméstico y de cuidados no renumerado y peligroso.
En cuanto a la edad, los niños, niñas y adolescentes de 9 a 14 años son quienes presentan una mayor tasa de trabajo infantil general (20,1%), en comparación con los niños y niñas de 5 a 8 años (9,2%) y adolescentes de 15 a 17 años (14,3%). Esta tendencia se replica en el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado y peligroso, mientras que en el trabajo en la ocupación no hay diferencias estadísticamente significativas entre los dos tramos etarios mayores.
En las áreas rurales se profundiza este problema, donde el trabajo infantil está 7 puntos porcentuales por sobre las áreas urbanas (22,1% frente a 14,7%). Al desagregar por tipo de trabajo, el trabajo en la ocupación en el área rural triplica al del área urbana (13,1% vs. 4,5%), mientras que para el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado y peligroso no se encuentran diferencias significativas entre áreas urbanas y rurales.
Finalmente, la condición socioeconómica del hogar incide fuertemente en el trabajo infantil en la ocupación (por un pago) y otras actividades económicas. Se observa un descenso en la tasa de este tipo de trabajo a medida que aumenta el nivel de ingresos de los hogares de los niños, niñas y adolescentes.