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El rol de la detección temprana en la fibrosis quísticas y su control durante la pandemia

Abr 27, 2021

1 DE CADA 32 PERSONAS SANAS PODRÍAN SER PORTADORAS:

 

La broncopulmonar de Clínica Tarapacá, dra. Graciela Reyes, destacó el rol de la detección temprana de esta enfermedad degenerativa para lograr un tratamiento eficiente y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Además, se refirió a los riesgos que enfrentan las personas con esta patología en medio de una pandemia que afecta, principalmente, al sistema respiratorio.

El pasado 24 de abril se conmemoró el Día Nacional de la Fibrosis Quística, enfermedad degenerativa que tan sólo en Chile tiene una incidencia aproximada de uno cada 8 mil recién nacidos vivos, lo que se traduce en 40 a 50 nuevos casos anuales, según datos del MINSAL. Frente a esto, la broncopulmonar de Clínica Tarapacá, Dra. Graciela Reyes, explicó de qué se trata esta enfermedad y cómo la población que la padece podría verse afectada por el Covid- 19.

De acuerdo con la profesional, la fibrosis quística es un trastorno hereditario que puede llegar a afectar gravemente los pulmones. Para que esta se manifieste en el organismo, ésta requiere de una copia del gen de cada padre, pues el niño que hereda sólo una copia no desarrolla fibrosis quística, pero si es portador y podrá transmitirla a sus hijos.

Pero ¿En qué consiste? La Dra. Reyes explicó que la enfermedad “genera una mucosidad espesa y pegajosa en los sistemas respiratorios, digestivos y reproductor. Dicha mucosidad obstruye los conductos que transportan el aire hacia el interior y exterior de los pulmones, ocasionando infecciones crónicas como neumonía, bronquitis, sinusitis, bronquiectasias, hemoptisis, neumotórax, e inclusive, una insuficiencia respiratoria”.

La profesional añadió, además, que se pueden generar complicaciones en el sistema digestivo, como deficiencias nutricionales, diabetes, enfermedades hepáticas y obstrucción intestinal, e incluso se puede llegar a afectar el sistema reproductivo, provocando la infertilidad en hombres y la reducción de ésta en mujeres.

Es por esto que para los especialistas la detección se convierte en un pilar fundamental para el control de la enfermedad. Siendo el antecedente familiar uno de los indicadores más relevantes para este propósito. “Esto permitirá que se cree un plan de tratamiento que pueda mejorar tanto la supervivencia del paciente, como su calidad de vida. El control y la vigilancia de estas personas es vital”.

Pese a que la enfermedad no tiene cura, si existen tratamientos que permitirán al paciente reducir las complicaciones y aliviar sus síntomas. Donde, además, combinado con una alimentación adecuada, deporte y realización periódica de terapias respiratorias mejoran considerablemente la calidad de vida del paciente.

 

Un tema que hoy toma especial relevancia, puesto que la crisis sanitaria complejiza el escenario para estos pacientes. Ante esto, la Dra. Reyes aconsejó la vacunación inmediata contra el covid-19 en quienes padecen fibrosis quística, puesto que al entrar en contacto con una enfermedad como el coronavirus que afecta directamente a los pulmones, lo que en estos casos significa un aumento en el riesgo de mortalidad.

La broncopulmonar de la Clínica Tarapacá hizo un llamado a los pacientes de fibrosis quística y sus familiares a extremar los cuidados para prevenir contagios de coronavirus. Además, recalcó la importancia del monitoreo de la fibrosis quística, más aún, considerando el riesgo al que hoy se ven expuestos quienes la padecen y sugirió que de manera precoz, se sometan a exámenes aquellos con parientes cercanos que padecen fibrosis quística, para descartar o comenzar cuanto antes un tratamiento.

Finalmente, la profesional sugirió prestar atención a los dos tipos de síntomas, respiratorios y digestivos, para identificar la fibrosis quística de manera temprana:

  • Síntomas respiratorios: tos persistente con moco espeso, sibilancias, intolerancia al ejercicio, infecciones pulmonares recurrentes, congestión nasal, sinusitis recurrentes.

 

  • Síntomas digestivos: heces grasas y de mal olor, poco aumento de peso y crecimiento, obstrucción intestinal principalmente en recién nacidos, estreñimiento crónico, piel con sabor salado, aumento de gases, náuseas e inapetencias.