El neurólogo de Clínica Tarapacá, Dr. Juan Cortés, se refirió a cómo afecta el teletrabajo a quienes la padecen y qué hacer en presencia de una crisis epiléptica. El profesional también entregó detalles respecto a las implicancias de esta enfermedad cerebral crónica y sus principales síntomas.
Desde el 2006 cada 24 de mayo se celebra el Día Internacional de la Epilepsia con el fin de concientizar a la población sobre esta enfermedad que afecta a 50 millones de personas en el mundo, y se estima que anualmente se diagnostican 5 millones de casos en todo el mundo, según cifras de la OMS.
El neurólogo de Clínica Tarapacá, Dr. Juan Cortés, señaló que esta es una enfermedad cerebral crónica en la que “básicamente la actividad cerebral se exacerba y sincroniza, generando crisis epilépticas con reincidencia” y añadió que estos episodios pueden presentarse como convulsiones parciales, movimientos involuntarios que afectan a una parte del cuerpo, o convulsiones generalizadas, que afectan a su totalidad y afirmó que cualquier persona puede desarrollar epilepsia, y que afecta tanto a hombres como mujeres por igual.
Pese a que la Organización Mundial de la Salud indicó que se desconoce, el 50% del origen de los casos, el Dr. Cortés, explicó que, en los casos de causa conocida, influyen tanto factores genéticos como ambientales, su principal gatillante dependerá de la edad del paciente. “En la infancia y adolescencia predominan las epilepsias generalizadas, en donde no existe una causalidad o lesión estructural del cerebro, mientras que en la adultez se genera comúnmente por un traumatismo cerebral, accidente cerebrovascular o tumores”.
El especialista detalló que se estima que “el 25% de los casos de epilepsia son prevenibles a través de la prevención de traumatismos craneales, atención perinatal adecuada y el uso de medicamentos para bajar la temperatura de los niños con fiebre para reducir la probabilidad de convulsiones febriles” e hizo énfasis en que la reducción del riesgo cardiovascular, junto con la prevención y control de la hipertensión, diabetes y obesidad, también son formas de disminuir las probabilidades de padecer epilepsia.
CÓMO CONVIVIR CON LA ENFERMEDAD
El profesional, sostuvo que, en materia de síntomas, las crisis epilépticas son el principal indicador de esta enfermedad y manifestó que, en los más pequeños, entre los 0 y 12 años y quienes son los que más se ven afectado por la epilepsia, se puede detectar a través de “cianosis, desviación de la mirada en bebes, pequeñas desconexiones o sacudidas de extremidades involuntarias, a las más extremas cómo las crisis tónicas”.
Además, el Dr. Juan Cortés, destacó que las personas que padecen de esta enfermedad suelen presentar más problemas físicos, como fracturas y hematomas debido a traumatismos relacionados con las convulsiones, y mayores tasas de trastornos psicosociales, como ansiedad y depresión.
Respecto al tratamiento de la enfermedad, el médico afirmó que algunas epilepsias, sobre todo las que ocurren durante la infancia, “solo requieren ser medicadas durante un tiempo, y la enfermedad se puede ver controlada de manera progresiva y posteriormente superada”. Sin embargo, agregó que los padecimientos que presentan lesiones en el cerebro son más complejos de controlar, por lo que “se necesita de más fármacos y en algunos casos incluso procedimientos invasivos para lograr un mejor control”, pues de acuerdo con la OMS, las personas con epilepsia responden al tratamiento en aproximadamente un 70% de los casos.
Según el profesional factores como el uso de los videojuegos en el caso de los niños pueden perjudicar a los pacientes que sufren de epilepsia, dado que es posible “generar crisis debido al contenido de determinados estímulos lumínicos” y añadió que, en los adultos, se ha “visto que el teletrabajo y todo lo que esto implica, altera la calidad de sueño de los pacientes y esto a su vez contribuye a un gatillante de crisis en las personas”.
Finalmente, el neurólogo de Clínica Tarapacá, Juan Cortés, recomendó que durante una crisis de epilepsia los acompañantes de los pacientes deben “mantener la calma, evitar que el paciente caiga al suelo, y posicionarlo de costado, para que así no aspire eventuales secreciones” y recalcó que jamás se debe introducir los dedos o manos en la boca del paciente y que se les debe acompañar hasta que personal médico lo pueda asistir.